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La pequeña hostelería madrileña se prepara para captar clientes cuando finalice la pandemia

Ha sido un año muy duro para todos y todas. La llegada del coronavirus en marzo del año pasado desató una serie de problemas que, desde luego, no se nos olvidarán jamás. Vimos las calles vacías, las estanterías de los supermercados sin un solo producto y nuestros corazones azotados por la sensación de que todo se iba al traste. Y, en cierto modo, fue así. Hay muchas personas que no han vivido una situación tan surrealista en toda su vida. Aunque ahora estamos empezando a ver la luz al final del túnel gracias a las diferentes vacunas, la verdad es que conviene valorar la resistencia que hemos tenido a lo largo de todos estos meses.

Y es que el coronavirus no solo ha afectado a la salud del ser humano. Es evidente que eso es lo principal, nadie puede discutirlo. Han sido miles las personas que han perdido la vida a causa de esta maldita enfermedad. Pero nosotros vamos a hacer un análisis de cómo ha afectado la pandemia al comercio, que ha sido uno de los grandes perjudicados, y más en concreto a la hostelería. Y también vamos a ofrecer, por qué no, algún consejo para reactivar la pequeña hostelería. Porque esperanza sigue habiendo.

Empecemos por lo peor. Una noticia publicada en la página web de Telemadrid en mayo del año pasado indicaba que el paro en la Comunidad se había disparado hasta las 400.000 personas a causa de la pandemia durante el mes anterior. Estábamos metidos de lleno todavía en la primera ola y, desde luego, seguía creciendo el número de casos, muertes y problemas. Todavía no se hablaba de fases para la desescalada y mucho menos de hacer vida normal. Todos y todas empezábamos a ver que el coronavirus había venido para quedarse, algo que hemos ido confirmando con el paso de los meses.

Llegó el verano y los datos fueron mejorando, pero al acercarse el invierno volvimos a tener problemas. Una noticia que hemos rescatado de la web del diario El País aseguraba que el comercio en el mes de enero de este 2021 se había hundido tanto como lo hizo al principio de la pandemia, en un 9’5%. De nuevo, la hostelería se llevó la peor parte a pesar de que esta vez, en la Comunidad de Madrid, no se cerraron bares ni restaurantes, sino que se limitaron sus horarios.

La llegada de la vacuna y, sobre todo, el aumento en el número de dosis diarias que se están administrando está haciendo que las cosas se vean de otra manera en lo que respecta al comercio y a la economía en general. El mismo día que se anunció que había una vacuna lista para distribuirse, la bolsa pegó un respingo ascendente. Y, poco a poco, el comercio ha de reactivarse por completo a medida que la población vaya quedando libre de sufrir los efectos del coronavirus. La hostelería, desde luego, tiene que salir hacia delante en un contexto como este y así lo hará.

Hay muchas personas que dicen que, después de que todos y todas estemos vacunados contra el coronavirus, nada volverá a ser igual que antes de la pandemia. Los hosteleros, que podrán volver a su actividad habitual por completo, trabajan para sus locales sigan llamando la atención de la gente para cuando el aforo vuelva a ser del 100%. Según nos han comentado desde Cristafiel, en los pequeños bares y restaurantes de la Comunidad de Madrid se ha extendido una manera de hacer más llamativo un local de este tipo: grabar todos los vasos y copas de los que disponen con el nombre y el logotipo de la empresa. Una apuesta por la elegancia que nos terminará de convencer para regresar a donde siempre fuimos felices: a nuestros bares.

Recuperar la alegría y la felicidad

Es muy complicado que recuperemos de un modo repentino todas las ganas, toda la alegría y toda la felicidad que teníamos hasta antes de la llegada de la pandemia. No se le puede exigir a una persona que ha perdido a un ser querido y que ni siquiera ha podido despedirse de él o ella que recupere la sonrisa en un segundo. Hay que dar tiempo. Pero sí que es cierto que, a largo plazo, debemos ir recuperando las buenas costumbres y el modo de vida español, que como bien sabéis tiene en la felicidad y la alegría un síntoma característico.

Nos encontramos en un momento en el que a todos y todas nos gustaría recuperar la felicidad más absoluta. Ahora hay muchos más motivos para confiar que antes. Pero toca seguir siendo prudentes. Ya queda muy poco. La vacuna está haciendo su trabajo y, desde luego, a nadie le cabe la menor duda de que pronto podremos recuperar los buenos hábitos. El comercio lo agradecerá. Tendremos la oportunidad de recuperar el tiempo, el dinero y las oportunidades perdidas.

 

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