Puede resultar algo ambicioso decir cuál es el mejor barrio de Madrid para ir a comer, si bien entre la gente que conozco, con madrileños de por medio, existe cierta unanimidad que de elegir algún barrio este serÃa el Barrio Ibiza.
Y es que, a la sombra del Parque del Retiro se encuentra la mejor concentración tabernaria de la capital. Principalmente una gran variedad de establecimientos con interesantes propuestas, todas dentro del recetario tradicional.
Algunos amigos vascos me han dicho que este barrio es comparable con la zona de pinchos del casco viejo de San Sebastián.
No tengo la menor duda de que esta es la zona que puede considerarse como la primera división del tapeo en la ciudad, se trata de un territorio en el que no entran las franquicias.
PodrÃamos delimitarlo desde el Norte por la Calle O’Donnel, al sur por Ibiza, el este por Narváez y al oeste por Méndez Pelayo.
Lo mejor de este barrio es que puedes encontrar a un representante de la gastronomÃa de todos los rincones de España, desde Galicia (O’Grelo) pasando por Navarra (La Chelo) al PaÃs Vasco (Txirimiri).
Entre otros clásicos imprescindibles como La MonterÃa, La Castela, LA Hoja y Casa Rafa.
Por lo general, la edad de la clientela suele rondar los 30 para arriba, no suele haber muchos turistas los precios medios rondan los 25 o 35 euros, dependiendo siempre de los vinos y también de si se come en barra o en mesa.
En todos los locales hay espacio de picoteo, mesas y sillas altas y un comedor para degustar las diferentes especialidades con más calma.
EL DÃa Madrileño Perfecto
De hecho, siempre que tengo visitas de fuera de Madrid suelo llevarlos de ruta por el barrio, siempre salen encantados, al dÃa siguiente como suelen estar cansados del dÃa anterior preparo algo más casero para la primera parte del dÃa.
Para ello, suelo contratar los servicios de catering de La Frolita, me gusta mucho porque tienen recetas tradicionales de la cocina europea francesa, italiana, alemán, española y también cocina americana y argentina, adaptando su presentación a las necesidades de cada cliente.
Mis amigos se quedan muy sorprendidos cuando llega la hora de comer y está todo preparado y perfectamente servido. Sienten un alivio enorme al darse cuenta de que no tienen que preocuparse de nada, ni planificar nada. Asà se relajan y disfrutan mucho más de la visita.
Y es que, si algo tengo comprobado como anfitriona es que a veces quieres abarcar tantas cosas que vean tantos sitios, que terminas por dejar de disfrutar, tanto tú como tus visitas, y lo único que consigues es estresarte.
Se trata más bien de encontrar un equilibrio entre, una cierta organización y dejar algo al azar y a la improvisación.
De hecho, no tenÃa claro lo que harÃamos después de estar tranquilamente en casa, preferÃa que mi grupo de amigos tomara la decisión y me dijeran si les apetecÃa algo más tranquilo o más animado.
Y es que, sin duda, si algo bueno tiene Madrid es la cantidad de posibilidades que ofrece, asà que apetezca lo que te apetezca seguro que lo encuentras.