En verano llevamos joyas diferentes a las que solemos ponernos en invierno. Tenemos más vida social y cambiamos nuestra indumentaria por exigencias climáticas. Esto se refleja en los complementos que utilizamos y, por supuesto, en las joyas.
El verano es la estación del año en la que lucimos nuestro cuerpo. Vamos ligeros de ropa y dejamos generosos espacios de piel al descubierto. Determinadas joyas y accesorios son el complemento perfecto. Tanto para la mujer, como para el hombre.
Las joyas tienen la propiedad de de desviar las miradas allá donde están colocadas, al mismo tiempo, que embellecen esa parte la parte en la que se lucen. Una bonita gargantilla hará que la gente se fije en nuestro cuello. Una pulsera tobillera realzará el comienzo de nuestras piernas.
Puede que sea algo del subconsciente. Pero el hecho de ponernos un top y acompañarlo con un brazalete y con un collar hace que nos sintamos menos desnudas. Nos encontramos más bellas y eso aumenta nuestra seguridad y nuestra autoestima.
Las joyas tienen mucho de complemento personal. Permiten expresar determinados aspectos de nuestra personalidad. Ciertas joyas con símbolos mitológicos celtas o egipcios manifiestan las inclinaciones espirituales de las mujeres que las llevan. Otras, en cambio, con un corte más clásico, dejan entrever una mentalidad más tradicional y conservadora. Es así en cualquier época del año, pero parece que en verano, al llevar menos ropa, estos signos llaman más la atención.
Hemos hablado con los joyeros de Joyerías Serrano, una red de joyerías con tiendas físicas en Ciudad Real y Daimiel y una cuidada tienda online, que a pesar de llevar activos desde 1943 han sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Ellos nos cuentan que en los meses de calor aumentan las ventas de determinadas joyas como las pulseras, los brazaletes y los collares cortos.
Compartimos contigo consejos, tendencias y joyas referidas a la joyería en periodo estival.
Consejos para lucir joyas de forma elegante en verano.
La revista Elle coincide con nosotros en destacar que el verano es un periodo ideal para dar salida a nuestro joyero personal. Eso sí, debemos hacerlo con imaginación y buen gusto. Estos son algunos consejos que nos dan para lucir nuestras joyas en los meses de verano:
- Apuesta por joyas pequeñas y apilables. Tiene una razón de ser estética y práctica. En verano viajamos más. Nos vamos de vacaciones, hacemos excursiones de fin de semana, nos desplazamos a la playa. Las joyas pequeñas los podemos guardar en cualquier rincón de nuestro equipaje. Si queremos, podemos quitárnoslas y guardarlas en bolso cuando nos demos un chapuzón en el mar o en la piscina. Joyas como los aros pequeños o los pendientes de botón, combinan con cualquier look. Aunque llevemos un pearcing en la ceja, la nariz o en el ombligo.
- Juega con los contrastes. Combinar lo viejo y lo nuevo, diferentes tendencias estilísticas en un mismo outfit, es un recurso interesante para explorar en verano. Una forma de dar salida a esas joyas que has heredado de tu madre o de tu abuela y que las aceptaste porque tienen un valor sentimental para ti. Un ejemplo de ello son los impertérritos collares de perlas. Un complemento que no solo no parecen pasar de moda, sino que este año es tendencia. Estos collares combinan perfectamente con vestidos y camisetas “animal print” y con escotes “bardot”. Por otro lado, si para un acontecimiento determinado optas por lucir un look más clásico, acompañarlo con joyas minimalistas, fabricadas con materiales como el acero o el oro blanco, con un diseño contemporáneo, transmite un mensaje enigmático. Ojo, no soy como piensas. La ambigüedad siempre es seductora.
- La naturaleza es tu mejor aliada. Los motivos florales y vegetales han llegado al diseño de la joyería para quedarse. Podemos apreciar como rosas, ramas y hojas están presentes en cierres y adornos de pulseras, colgantes y pendientes. La conexión con el cosmos es otro de los elementos que inspiran a la joyería contemporánea. Motivos que hacen referencia a la luna y a las estrellas copan buena parte de las joyas que nos ponemos en verano.
- Busca tu estilo personal. Combina las joyas de manera que te sientas cómoda. No te dejes arrastrar por las modas. Rompe las categorías de joyas de noche y de día. Atrévete a mezclarlas a tu gusto. Llevar collares de diferente largo colgando de tu cuello es un recurso que puede resultar interesante.
El triunfo del “Street Style”.
Un artículo publicado en el suplemento de moda del periódico El Español señala que el “Street Style” marca tendencia en la joyería para la temporada primavera – verano 2024. El 80% de la población española vive en ciudades. Somos fundamentalmente urbanitas. Esta es una condición que no podemos ocultar por mucho que nos vallamos de vacaciones a la playa o a la montaña. Nuestro carácter de ciudad nos acompaña y eso se refleja en nuestra estética.
La moda urbana o “Street Style” proviene de la cultura Hip Hop. La estética que llevaban los raperos negros en los años 80 y 90 en ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Detroit. Para manifestar su poder, esta tribu urbana lucía joyas XL y largas y gruesas cadenas de oro. Buena parte de su indumentaria ha sido adoptada por culturas contemporáneas como el “Trap”. Lo más interesante de todo esto, es que han sobrepasado el carácter tribal. Muchas de estas joyas, modificadas, son lucidas por personas con distintos gustos y diferentes looks.
Un ejemplo de ello son las cadenas, en formato Maxi o Mini. Esta manera de componer joyas las podemos encontrar en una gran cantidad de colgantes y pulseras que llevamos con cierta frecuencia.
Un accesorio que se ha puesto de moda este año han sido los pendientes XL. Pendientes de gran tamaño que ya no son esos aros gigantes de inspiración africana o gitana que se podían ver en otras épocas, sino pendientes de pinzas con forma de gotas de lluvia redimensionadas o formas geométricas caprichosas, que se han dejado ver en las pasarelas de moda en los desfiles de marcas prestigiosas como Saint Laurent o Versace.
Un fenómeno curioso es la adaptación de joyas antiguas que se ha dado en el seno de las ciudades y que dan utilidad nueva a piezas clásicas. La muestra más evidente son las perlas, de las que hemos hablado antes. Los largos collares de perlas de otros tiempos, hoy se lucen, entre otras opciones, como pulseras. No es el único ejemplo. Los broches de nuestras abuelas reaparecen esta temporada. Un elemento tridimensional que consigue aportar un plus de elegancia y diferenciación a cualquier básico.
Las joyas de verano.
Existen joyas que se llevan principalmente en verano. Están ligadas a la indumentaria que llevamos durante esta estación. Estas son las tres más características.
- Los brazaletes. Los brazaletes son una joya procedente de la antigüedad que ha logrado superar con dignidad el paso del tiempo. Son pulseras de metal, más o menos consistentes, que se colocan en el brazo o en el antebrazo. Se lucen, principalmente, en verano porque es la época del año en la que vestimos con los brazos al descubierto. Esta joya ya se llevaba en el Antiguo Egipto y en la Grecia Clásica, como un indicador de estatus social. En las culturas americanas precolombinas tenían un valor simbólico y espiritual. Las personas se las ponían para protegerse de la influencia de los malos espíritus y como un elemento presente en rituales de transición. La conexión con los ancestros o la comunicación con los dioses. Para las mujeres, los brazaletes se recuperan como joya en los locos años 20. Más tarde, a finales de los años 60, los hippies los reivindican por su valor exotérico y espiritual.
- Pulseras tobilleras. Pocos accesorios son tan sexis como una pulsera colocada en el tobillo de una mujer que lleva puesta unas sandalias. Las pulseras tobilleras son una joya que no ha parado de popularizarse en las últimas décadas. Sin embargo, estamos ante otra joya cuyo origen se pierde en los albores del tiempo. La primera mención escrita sobre las pulseras tobilleras aparece en el libro de “Las Mil y Una Noches”. Se sabe que son más anteriores y que en el Antiguo Egipto se utilizaban como talismán. En la India las llevan las mujeres casadas para indicar su estado civil, mientras que en algunas islas de la polinesia, las utilizaban las jóvenes casaderas que no estaban comprometidas. En la actualidad, las mujeres suelen llevarlas en una sola pierna, generalmente la derecha y muchos le han atribuido un valor simbólico. Una tobillera de plata simboliza un espíritu tranquilo y pacífico, mientras que una de oro espera atraer la fortuna.
- Las gargantillas. Los colgantes cortos son una joya que se puede llevar en cualquier época del año, pero se suelen utilizar más en verano. Se trata de una joya eminentemente masculina, que ha dado el salto hasta convertirse en una joya unisex. Este es un rasgo de la joyería actual, en donde se avanza hacía romper los patrones de género.
Sin duda, el verano es una buena estupenda temporada para lucir nuestras joyas.