Pese a encantarnos Madrid, siempre habíamos querido tener una residencia en Tarancón donde vive la familia de mi mujer. Estuvimos un tiempo buscando casa, porque aunque los precios eran atractivos, uno siempre quiere conseguir la mejor casa por el menor dinero posible.
Tuvimos que dar muchas vueltas por el pueblo hasta encontrar una que nos gustase, y que lo que no tenía una lo tenía otra y al revés. Esto es normal y tratamos de tomárnoslo de la mejor manera posible, con paciencia.
Al tema del notario tuvo también su complejidad una vez elegida la vivienda y aceptado el banco la operación. Algo que quiere recordarte es que la libre elección de notario es un derecho irrenunciable para el cliente.
El Reglamento de la Organización y Régimen del Notario dice lo siguiente” “Todo aquel que solicite el ejercicio de la función pública notarial tiene derecho a elegir al Notario que se la preste, sin más limitaciones que las previstas en el ordenamiento jurídico, constituyéndose dicho derecho en elemento esencial de una adecuada concurrencia entre aquellos”.
Esto, lo que quiere decir, a grandes rasgos, es que elegir de forma libre al notario es una garantía jurídica esencial, a la que hay que unir la de poder recibir una información objetiva, imparcial y necesaria, para así poder tomar la decisión con seguridad antes de firmar el documento en cuestión.
Si se procede a realizar la firma de un acto jurídico y existen más de una parte interesada, hay varias formas para poder elegir Notario. Si hay acuerdo por las partes, se puede acudir al que se decida por unanimidad, en caso de que no haya acuerdo, deberá elegir el que vya a pagar más cantidad de arancel notarial. Si una de las partes se da el caso de que es una empresa, inmobiliaria o financiera y la otra un particular, como era nuestro caso, existe un derecho irrenunciable que permite poder elegir notario y siempre corresponde al consumidor.
Elegimos a una Notaría Tarancón que nos asesoró en todos los pasos que íbamos a dar, especialmente en lo que íbamos a firmar, que no era algo baladí y nos iba a tener pagando 25 años religiosamente 510 € al mes.
Ellos nos lo pusieron muy fácil y además nos dieron consejos, que son válidos tanto para nosotros como para ti que me estás leyendo. Debes recordar que en la contratación de servicios de tipo financiero, tienes la obligación de que un tercero independiente te asesore y garantice así el control de la documentación cara a evitar posibles litigios que puedan dare.
El notario da fe de la transparencia del acto
Cuando interviene un notario, te va a asegurar que la información precontractual es transparente, algo que es básico siempre para que se pueda dar un consentimiento informado y se celebre así un contrato con todas las garantías. En caso de que la empresa no permita la libre elección de notario, tendrás que acudir y realizar una denuncia del caso ante la Justicia, Colegio de Notarios u oficina pública de atención al consumidor.
Hay dos excepciones que debes considerar, cuando hay un fallecimiento y no hay testamento, donde hay que acudir al notario de la población en la cual residía el fallecido y en el caso de actas o escrituras que necesiten la presencia de un Notario fuera de la notaría que solo se pueden realizar por los que tengan la competencia para ejercer en la localidad donde hay que ir.
Como puedes ver, el notario es algo que tenemos que intentar tomarnos con seriedad, existen ciudades en lo que hay donde elegir y siempre el poder contar con referencias seguro que nos ayuda a tomar al decisión,. En otras localidades, no suele haber demasiada competencia, habiendo un notario o dos como mucho, aquí solo cabe esperar que el servicio sea bueno.
Por lo general, las notarías en nuestro país suelen funcionar bien, solo me queda desearte la mayor de las suertes a la hora de elegir Notario, nosotros la tuvimos, nos dejó todo clarito y al menos podemos decir que entendíamos todo lo que nos decía este profesional. No son pocos los amigos que me han confesado que su Notario les explicó las cosas de forma tan poco clara, que casi dijeron sí sin haber sabido exactamente lo que firmaban.