Mi empresa no me paga: ¿qué puedo hacer?

Son de esas cosas que al principio te piensas que es un error. Incluso piensas que es algo que a ti no te puede pasar. Casos aislados, extremos, esto no me puede pasar a mí. Hasta que me tocó a mí. Un día me pagan el 5, luego un día el 10… y cuando llegó el día 20 sin ver ni rastro de mi salario, supe que algo no iba bien. Mi empresa no me había pagado la nómina, y lo peor era que nadie me daba una explicación clara. Son de esos momentos que te apuras.

Trabajo como administrativa en una pyme del sector tecnológico, y la verdad es que no pensaba que las cosas iban tan mal. No tengo un mal contrato, y en teoría, todo estaba en regla. Pero aquella mañana, al revisar la cuenta bancaria, noté que algo estaba ma. Y claro, empiezas a pensar lo de siempre, ¿cómo pago el alquiler? ¿Y la compra del supermercado? ¿Y los recibos? Bueno, quizás haya sido un error, y el próximo mes todo volverá a la normalidad.

Así que tuve que tomar el toro por los cuernos. Pregunté a Recursos Humanos. Me dijeron que había un “retraso contable”, que es algo que suele quedar muy bien, pero que ya sabes que hay algo raro. Luego, que el banco tenía problemas. Más tarde, silencio, mucho silencio. Las excusas empezaron a sonar a mentira.

Empecé a sentirme culpable por insistir, como si reclamar lo que es mío fuera una molestia. Pero era mi sueldo. Era mi derecho, pero es cierto que suele pasar estas cosas. Incluso si tienes un departamento de recursos humanos poco humano, si se permite la redundancia, pues encima te hacen sentirte mal, pero tienes que saber que la ley ha cambiado y está de tu parte.

Buscar la ayuda

Así que cansado de la incertidumbre, decidí hacer algo que no me había planteado nunca pero que es lo más lógico del mundo y lo que tienen que hacer los trabajadores, acudir a un despacho de abogados laboralistas. Fue la mejor decisión que tomé.

La primera frase que me dijeron cuando contacté con esta asesoría fiscal en Santander fue directa: “Si no te pagan, puedes reclamar judicialmente. Y no estás solo.” Esa frase me devolvió la fuerza que había perdido, y la verdad es que me vino muy bien, y solicitar ayuda profesional es algo que recomiendo a todo el mundo.

Estos abogados me explicaron que el impago de nómina es una infracción grave por parte de la empresa. Si bien pueden producirse retrasos puntuales, cuando el salario no se abona en tiempo y forma, normalmente antes del último día hábil del mes o dentro de los cinco primeros días del mes siguiente, el trabajador tiene derecho a reclamarlo.

Y es algo que tenemos que hacer, porque como me comentaron, estas cosas no suelen acabar bien. Y salvo que sea cierto que es un error con el banco, si una empresa empieza a tener problemas de pago, es algo que irá acumulando.

En Trámites Fáciles Santander me dieron una serie de recomendaciones que espero que también os vengan bien a vosotros. Lo que tienes que hacer es guardar pruebas, es decir, conservar los correos, mensajes y documentos que demuestren el impago o los retrasos. Incluso una captura del extracto bancario sirve

Otra cosa que hay que hacer es que solicitar el pago por escrito. Para esto tenemos que enviar un burofax o correo formal reclamando el salario pendiente. Esto demuestra que se ha intentado resolver el conflicto de forma amistosa. Si la empresa no paga, se puede presentar una demanda en el juzgado de lo social. El plazo para reclamar salarios es de un año desde la fecha en la que debieron pagarse.

Además del salario, la ley también contempla la posibilidad de poder reclamar intereses e incluso indemnización por daños si hay perjuicios derivados del impago, que es algo que viene muy bien por el perjuicio causado.

Por último, si no cobras durante dos o más meses, el trabajador puede solicitar la extinción de la relación laboral con derecho a indemnización como si fuera un despido improcedente.

Tras enviar el burofax y hacer el aviso a mi empresa de que iba a iniciar acciones legales, la empresa reaccionó. No fue inmediato, pero en cuestión de días regularizaron mi situación. ¿Por qué? Porque sabían que yo tenía razón… y ahora también tenía respaldo legal.

Desde aquella experiencia, muchas personas a mi alrededor me han confesado que también han pasado por situaciones similares. Algunas cobraron tarde, otras nunca. Y muchas no hicieron nada por miedo o desinformación.

Al final, mi consejo es claro: si tu empresa no te paga, no te calles. Infórmate, acude a profesionales y ejerce tus derechos. No se trata solo de dinero, se trata de dignidad laboral.

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