Ahora que estamos en el verano, se celebra la campaña de uva de mesa y por ello es importante saber las cualidades y propiedades que tiene para los consumidores. A la uva se le asocia con una salud cerebral mejor y también protege contra enfermedades neurológicas crónicas y agudas. Al contener antioxidantes las uvas, el colesterol baja y también se relajan las arterias, así como otros efectos metabólicos positivos. Si además de todos estos beneficios, le añadimos el auge que tiene su consumo, tenemos un producto agrícola que ya ocupa un lugar destacado en la restauración madrileña.
Unos efectos similares a los del vino tinto
Los estudios realizados sobre las uvas de mesa que tomamos en nuestros hogares y en restaurantes no solo protegen al corazón, sino que también a los vasos sanguíneos contra los daños que se producen por la oxidación de los tejidos. Estamos ante algo parecido a lo que se produce con el vino tinto y, por lo tanto, merece la pena promocionar las grandes virtudes que tienen para la salud.
¿Cuáles son las propiedades nutritivas?
Son muchos los nutrientes que aportan las uvas y entre ellos destacamos las vitaminas y los azúcares. Las vitaminas ayudan a que se produzcan glóbulos blancos y rojos, así como a sintetizar el material genético y a que se formen anticuerpos del sistema inmunológico, por lo que se recomiendan en los primeros meses de gestación. Algo que debes saber es que las vitaminas, más en concreto la B6, colaboran al mantenimiento de las funciones habituales de nuestro cerebro. Si hablamos de los azúcares, la fructosa y glucosa proporcionan muchas calorías a nuestro organismo.
Bloqueo de tumores
La composición fenólica que está presente en la uva, como nos recuerdan los expertos en viveros de vides de Plantvid, es la que es responsable del color y sabor que tiene, de tal forma que posee una potente acción antioxidante. Las investigaciones reflejan que son eficaces para que se bloquee el crecimiento de los tumores. Al respecto de este tema, se siguen realizando más investigaciones, puesto que todavía hay algunos aspectos desconocidos y que pueden incluso aportar más beneficios a nuestro organismo para luchar contra esta terrible enfermedad.
La uva de mesa preferida por los madrileños es blanca
Desde la Comunidad de Madrid, empezaron en el año 2008 un proyecto mediante el IMIDRA en el que querían conseguir una uva sin pepitas y que diera respuesta a la uva perfecta que los consumidores preferían mediante encuestas y de la que hablaremos en el párrafo siguiente, la que fuese blanca, crujiente y gruesa. De cara a obtener este tipo de uva, lo cierto es que las plantas necesitan entre cuatro y cinco años para poder crecer.
Se hicieron unos estudios que realizó la administración madrileña para poder identificar mejor los sabores de las uvas, saber su diversidad y poder vincularlas con las elaboraciones culinarias y el maridaje con los vinos monovarietales. Así se sabía qué uva de mesa era la que preferían los consumidores: la uva blanca, sin pepitas, la crujiente y con el sabor que tiene la moscatel. Una información de lo más interesante y que han aprovechado sectores como el agrícola, alimentario o el de la restauración para centrarse más en su producción.
I+D+i en el campo de Madrid
Los proyectos investigadores buscan hacer los negocios vitivinícolas más rentables y sostenibles. Entre otros aspectos, se dedican a recuperar y catalogar vides de tipo silvestre, así como a las variedades autóctonas minoritarias en las que hay un interés comercial previsible o donde se hace una selección para clonar las variedades de cada zona. Conviene no olvidar que el mundo de la uva y del vino en Madrid está viviendo unos años de bonanza, puesto que los caldos madrileños cada vez van tomando mayor fama, pese a tener la competencia directa de las de las dos castillas. Si todo esto se vincula a una mayor elaboración de los vinos y a un mejor maridaje entre las recetas elaboradas por los restaurantes, el panorama no puede ser más ilusionante.
Conclusiones
Lo que queda claro es que la uva de mesa tiene muchos beneficios para la salud, pudiendo ser explotada para vino, pero también para zumos. Algunas regiones, como Madrid, sí que han apostado fuertemente por ella, puesto que era un apartado que no estaba muy explotado y del que pueden sacar muchos beneficios. La labor de la iniciativa privada y, cómo no, de la administración pública, puede ser fundamental en este apartado, puesto que no debemos olvidar la importancia que tiene a nivel agrícola y también desde el punto de vista del turismo enológico o de la restauración.