La contaminación producida por los vehículos es uno de los mayores problemas de contaminación que tienen las grandes ciudades mundiales. Es famosa la contaminación de Beijing, capital en la que la calidad de vida se reduce por cada año que se pasa allí, debido a la mala calidad del aire.
Pero no nos vayamos a la China, a pesar de que muchas empresas buscan tener presencia en dicho mercado. La realidad es que en Madrid la contaminación es bastante visible desde fuera de la ciudad a causa de la famosa “boina” que recubre la capital y que debería darnos vergüenza por tenerla.
Y es que el parque que tenemos de vehículos es realmente anticuado, sobre todo si tenemos en cuenta la cantidad de vehículos que utilizan combustible diésel, y que contaminan muchísimo cada vez que el motor está en marcha. Parece que una de las claves para que las ciudades no tengan tanta contaminación parte de la idea de restringir el tráfico rodado por los centros de las mismas, y claramente también aumentando el número de espacios verdes en zonas sobrepobladas.
Pues bien, tenemos las primeras acciones que parten del ayuntamiento de Madrid con el plan llamado Madrid Central, un plan que empieza a surgir efectos a partir de diciembre, y es una delas medidas para controlar y mejorar la calidad del aire, y reducir así mismo el cambio climático.
Este plan tiene como objetivo favorecer al peatón, ciclista y al fomentar el uso del transporte público reduciendo el espacio para la circulación de vehículos y utilizando el mismo para crear aceras más grandes. De esta manera se eliminaría el tráfico por el centro de la ciudad para evitar contaminar y dar más protagonismo en la ciudad a los ciudadanos y turistas.
Sobre este plan mucho se ha hablado, ya que ha sido algo improvisado y quizá el fin sea adecuado pero la manera en la que se ha implementado no es la mejor de todas. Los comerciantes también se han quejado porque se dificulta algunas acciones importantes para ellos.
Pero los ciudadanos ven esta medida con buenos ojos, pues permite pasar por bulevares a pie, cuando antes solo eran accesibles en coche. Y esto puede también fomentar el turismo debido a que las ciudades en las que le tráfico en el centro es menor adquieren más turistas, y prueba de ello es Milán o Roma.
Sin duda un aumento del turismo favorecerá al sector de la restauración y al sector hotelero, aunque este último tiene también varios retos por delante, como la implementación eficiente del marketing hotelero y el revenue managment, campo en el que por cierto presta sus servicios Hotel-Up.
La capital reduce el tráfico y aumenta el transporte público
Pues bien, después de unos días en los que Madrid Central está en marcha podemos hablar sobre las consecuencias directas, de la mano de Car And Driver, teniendo en cuenta que el rango en el que nos movemos para estudiar esta medida es de solo dos días, tenemos que coger los datos con pinzas pues se necesita mucho más tiempo para saber las consecuencias y sacar conclusiones precisas.
Pero de primeras lo que se ha experimentado es una mejora de la fluidez del tráfico en la zona, tanto en el interior del área restringida como en su perímetro, llegando incluso a la M-30. La mayor reducción se ha notado en una de las calles con más tráfico como es la Gran Via, que se ha llegado a vaciar un 47% menos de tráfico en comparación con el año pasado.
El efecto principal que pretende Madrid Central es reducir el uso del vehículo privado en pro del transporte público, y aquí tenemos que hablar de manera positiva, ya que se ha usado mucho más el transporte público. En comparación con el año pasado se ha registrado un incremento del 4,97% de viajeros.
En conclusión, parece que de momento se consigue disminuir el tráfico rodado, y se utiliza más el transporte público. Pero la realidad es que no podemos tener una conclusión clara, ya que falta por examinar cuáles son las consecuencias en los comercios de la zona, así como en los datos de contaminación que es lo que se quiere corregir en su globalidad.