El ser humano es esencialmente un animal social, y la soledad, a la que están obligadas muchas personas, acaba por enfermarlas. Este es el caso, por ejemplo, de Manuela, que después de que su única hija, Rocío, se trasladara a los EEUU, acompañada de su marido y sus pequeños, se ha quedado completamente sola en su casa de Madrid. La mujer, es viuda desde hace 9 años, y aunque se vale por sí misma, ya no encuentra ninguna motivación para salir de su casa o para relacionarse con sus vecinos y vecinas de toda la vida. Este estado de soledad permanente la está sumiendo en una depresión tal, que su hija, se está planteando regresar, a pesar de que su vida en la ciudad de Nueva York es prácticamente perfecta, un buen trabajo, un buen sueldo, una buena posición, la mejor educación para su dos niños y unas relaciones sociales, muy diferentes a las que tenía en España. Hasta le ha pedido a Manuela que se mude a los EEUU, algo a lo que Manuela se niega rotundamente.
Está más que comprobado que el verano no sería la estación preferida por muchos si no se pudiese contar con una refrescante y reconfortante piscina. Sin duda, éste es el elemento preferido del periodo estival: todas las familias desean tener una pero por desgracia no todas lo consiguen a causa de la falta de espacio en su vivienda o la falta de información relativa a empresas que realmente les puedan ofrecer una piscina de calidad a un coste no demasiado elevado.
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